El Acuerdo Cívico y Social (ACyS) es una alianza electoral argentina conformada por la Unión Cívica Radical (UCR), la Coalición Cívica (CC) y el Partido Socialista (PS).

domingo, 21 de junio de 2009

"No nos interesa ganar dos bancas más, hay que discutir las cuestiones estructurales del país"




En una visita a la sede central del ARI entrevistamos al historiador Pablo José Semadeni quien está afiliado al partido desde hace ocho años. Semadeni nos contó su visión del país y sus expectativas de cara a las próximas elecciones.


¿Cuánto hace que está en el partido y por qué se unió a él?
Formo parte del ARI aproximadamente desde el año 2001, cuando nació el partido, en el contexto de la crisis política, económica y social que vivió Argentina en esa época, una de las más profundas del siglo XX.

Con respecto a la unión del ARI con el radicalismo, ¿cree que es positiva?
Yo soy un militante de base inscripto en el ámbito académico, universitario, intelectual. Las personas que tienen una mirada desde abajo ven con ojos críticos las alianzas oportunistas ya que tienen en cuenta las experiencias del 2001: el caso de Chacho Álvarez y de la Rúa, que fue claramente algo electoralista. De este modo, pienso que las alianzas deben tomar su tiempo, deben conocerse los sujetos y las bases de cada personaje para evitar fracasos. Es decir intentar que, ante situaciones críticas, no se fisuren los gobiernos, las gestiones o se entre en crisis nuevamente. Asimismo, se debe evitar, porque nuestro sistema político es “canibalístico”, que sean aprovechadas esas circunstancias por adversarios políticos o por grupos de poder. Por lo tanto, cabe un ejercicio de mucha responsabilidad, de ir avanzando muy despacio, sobre todo en el plano de las ideas, para salir de esta coyuntura, de este empate, de esta matriz de conflicto en que estamos permanentemente los argentinos. No hacen falta los saltos imaginativos.

¿Cómo califica la situación actual de nuestro país?
A Argentina la veo en términos históricos y estructurales: es un país periférico que se organiza con un capitalismo dependiente. Nuestra matriz todavía hoy sigue siendo el sector primario y algunas industrias asociadas. Todo ese dilema del campo o la industria, y los componentes sociales que están detrás de esos proyectos, está presente a lo largo de la década del ’20. Por eso hoy creo que hay una actualización de los debates que la Argentina tenía por ejemplo en 1955, con la caída de Perón. Un proyecto nacional, popular, “mercadointernista” que se apoye en una matriz mucho más simple de la economía. Nosotros como dirigentes, políticos e intelectuales, tenemos que estar atentos para salvar esas trampas. Porque estamos otra vez empantanados por la misma cuestión como hace sesenta años atrás.

¿Qué opinión le merece el hecho de que se hable de dos modelos: volver al menemismo de la mano del PRO o mantener el modelo actual del kirchnerismo?
Creo que hay mucho oportunismo por parte de la clase dirigente. En estas elecciones se vio muy bien. Me da la impresión de que los dirigentes políticos ofician como “vedettes”, cada uno tiene su círculo y todos usufructúan el sistema político. Es claramente algo parasitario, por eso esta campaña me pareció pobrísima. En relación a la cuestión de los dos modelos, si bien remite a cuestiones históricas concretas de la matriz socioeconómica y cultural de nuestro país, creo que hay que buscar los intersticios para salvar eso y poder articular por arriba. Es decir, si Argentina, como yo pienso, va a tener una matriz primaria porque está condenada a producir alimentos y si a esa matriz se le pueden agregar algunas industrias y también algún sector tecnológico. Es decir, una economía más diversificada, sobre tres patas, que pueda avanzar sobre el contexto que se abre en el futuro. Ese es el debate que los dirigentes, los intelectuales y los estudiantes tenemos que darnos.

¿Cuál es el objetivo principal del partido en estas elecciones?
Desde mi perspectiva como profesor de historia, pienso que a veces hay una lógica perversa en la política. Las elecciones se miden para ganar espacios. Eso puede ser algo legítimo en el corto plazo pero, sobre todo la juventud del ARI y la Coalición Cívica, tienen otros problemas en mente, que son todas estas cuestiones que antes mencioné. Entonces, ante estas elecciones algunos grupos pueden tener la visión cortoplacista, táctica, de ganar bancas y cobrar vigor. Sin embargo, lo que queda pendiente es la cuestión estratégica del país. Y en este marco nosotros nos insertamos. Sobre todos los sectores de la juventud, que se llaman “Jóvenes por la igualdad”.

¿Qué opinión tiene de las encuestas que los ubican en un tercer lugar?
Las encuestas, con todo respeto a los compañeros sociólogos y a ustedes que estudian comunicación, confunden, son manipuladas. A las personas se las lleva de un lado para el otro, es decir, están viciadas de contenido. Hay que desconfiar de eso y volver a las viejas conductas de instinto político, es decir, a la calle. Insisto en que hay que conocer la calle y volver un poco a la cuestión del conocimiento profundo, a la intuición política, del pueblo y de los procesos.

¿Qué nos podría decir del candidato Prat Gay?
Si bien no lo conozco personalmente, Prat Gay es una persona muy técnica que tiene mucho dominio de la economía y de sus ciclos. Conoce sobre la “perinola” de la economía argentina, que es muy especulativa y que se basa en ciclos de devaluación y de transferencia de ingresos. Desde ese punto de vista, creo que es un hombre que conoce y que está intentando presentar ciertas ideas para salir de esta coyuntura crítica. Por ejemplo, las formas en que el Estado se puede financiar, las formas de salir de este cuello de botella que, insisto, es estructural a la economía argentina. Es un tema muy delicado. Entonces, personalmente a Prat Gay lo analizo desde el punto de vista del conocimiento técnico que posee. Ahora, la cuestión de la juventud electoralista, es decir “buen moza”, a mi no me interesa en absoluto.

¿Qué pasará después del domingo 28 de junio?
El domingo es probable que nos reunamos con unos amigos hagamos un balance y nos lancemos, ya la otra semana, a discutir las cuestiones de fondo que son las que nos interesan a nosotros. No nos interesa tener dos bancas más, no nos interesa que el diario Clarín diga: “Ganó Carrió”. Eso es ficticio, acá hay que discutir las cuestiones estructurales del país que son, si se quiere, muy graves.

Para finalizar, con respecto a la nueva Ley de Radiodifusión: ¿Qué opina del nuevo proyecto de ley?
Del nuevo proyecto no conozco mucho. Soy un amante de la radio y pienso que se debe apoyar a todo proyecto que conduzca en el sentido de democratizar, de pluralizar, de equiparar poderes y de enriquecer la cultura. No hay que olvidar que también los mass-media son herramientas de poder, de dinero y de manejo de conciencias.

2 comentarios:

Taller III - Ciencias de la Comunicación dijo...

Eliminar la primera persona. Recordar que la entrevista como texto periodístico debe ser editada. Hay que barrer la oralidad. Por eso relean porque hay errores de redacción, oraciones a las que les falta el predicado... también falta algún acento.
C.

CARLOS BRAGAGNONO, HERNÁN DE LA TORRE, LUCRECIA GARCÍA, LUCIANA CUROTTI, DAIANA CÁCERES Y SOFÍA BARBERINI- dijo...

Clarisa:
Lo releímos y corregimos algunos errores. Si es necesario modificar algo más, lo haremos.
Saludos!